Utopía Pirata
Doc Searls
Cómo hechiceros y muggles se liberan de la Matrix
La siguiente nota fue escrita por Doc Searls, quién trabaja activamente en Customer Commons. Publicada en Linux Journal en abril y enero de 2018 con mínima diferencia respecto del final. En esta traducción hemos reunido lo mejor de ambas.
Cómo hechiceros y ‘muggles’ se liberan de la Matrix
Primero inventamos un mundo en el que todas pudieran ser libres. Después ayudamos a levantar castillos feudales en ese mundo, para que todas pudieran vivir en ellos. Ahora es el momento de hacer explotar esos castillos, dándole a todas muchas mejores formas de usar la libertad que las que podrían disfrutar en un castillo.
Voy a mezclar un par de metáforas peliculeras. Van a darse cuenta de por qué lo hago.
En abril de 1999, un par de semanas después de que estrenaran “Matrix”, todo el staff de Linux Journal fue a verla en un cine cercano a nuestras oficinas de aquel momento, en el barrio Ballard de Seattle. Aunque nos dimos cuenta casi de inmediato de que la película era una nerdeada clásica (onda, el héroe era un programador estrella); también parecía estar claro que la cuestión referida en el título de la película –un mundo falso pero hiper-convincente, habitado por casi toda la especie humana– era una alegoría (término que la Wikipedia define como “metáfora cuyo vehículo puede ser un personaje, lugar o evento que representa problemas y sucedáneos del mundo real”).
Una primera y obvia interpretación era en términos religiosos. Neo era una figura mesiánica como Cristo, resucitado por un personaje de nombre Trinity, quien hizo el papel de Espíritu Santo después de que a Neo lo asesinara el casi satánico Agente Smith… todo esto mientras los pocos humanos que no habían sido esclavizados aún por las máquinas vivían en una ciudad subterránea llamada Zion.
Cuando en los años que siguieron aparecieron las dos secuelas, varios tramos de la historia también parecían encontrar inspiración en otras religiones: Budismo, Hinduismo e incluso Gnosticismo. Como los hermanos Wachowski, que escribieron y dirigieron las películas, se han convertido desde entonces en las hermanas Wachowski, uno también puede hallar, retrospectivamente, varias claves trans de la trilogía.
Además están los temas filosóficos que se tocan. Los cautivos en la Matrix creen que el mundo en el que viven es real, de la misma forma en que aquellos viviendo en la Alegoría de la Caverna de Platón creían que las sombras proyectadas en el muro de la cueva eran reales porque no podían ver que la fuente de luz que las proyectaba era un fuego encendido detrás de sus cabezas. En la historia de Platón, uno de los prisioneros se escapa y visita el mundo real. En Matrix, ese prisionero es Neo, su nombre un anagrama para The One (el elegido), quien tiene el deber de rescatar a todas o al menos salvar a la ciudad de Zion (spoiler: lo hace).
Pero yo no me creí nada de eso, porque ya había visto al marketing trabajando para convertir el mundo online, libre y abierto, en un hábitat comercial donde –tal y como pasaba en ficcional Matrix– los seres humanos eran reducidos a ocupar el lugar de simples baterías para alimentar a gigantescas máquinas robóticas que cosechaban la atención humana, para procesarla y alimentar de nuevo a los hombres con ella, una y otra vez.
Este era el diseño básico del mundo que el marketing quería imponernos en la era digital: uno en el que cada uno de nosotras fuera un “blanco”, en el que pudiésemos ser “capturados”, “adquiridos”, “controlados”, “administrados” y “asegurados” para que el “contenido” y las “experiencias” personalizadas pudiesen llegar hasta nuestros oídos y globos oculares. Los trabajadores de marketing ya hablaban en estos términos mucho antes de que apareciera internet, pero con cada globo ocular repentinamente disponible para recibir personalmente la información, la ansiedad por conectarnos a todas en la Matrix del marketing se volvió irresistible.
De hecho, una de las razones por la que cuatro de nosotras posteamos el Manifesto Cluetrain en la world wide web durante ese mismo mes de abril fue porque queríamos dejar en claro que la internet era para todos, no solo para hacer marketing.
Pero aunque Cluetrain haya sido muy popular (en especial entre los gerentes de mercadotecnia), el marketing logró que los ingenieros –incluidos varios hechiceros de Linux– construyeran una Matrix para encerrarnos a nosotras. Estamos viviendo en ella ahora mismo. Al menos que tengas tu hardware y tu software configurados en modo privacidad absoluta mientras navegás por el mundo online (¿y encima podés estar seguro de estar realmente seguro?), estás en la Matrix del marketing.
Las instancias más obvias de esa Matrix son mantenidas por Google, Facebook, LinkedIn, Twitter, Tumblr, Pinterest, Amazon y muchas otras. Pero mucho más está provisto por nombres de los que nunca escuchaste hablar. Para saber en qué andan, equipá a tu navegador con algún addon capaz de darle nombre a las fuentes donde se originan los archivos de rastreo. (Ejemplos son: Privacy Badger o Lightbeam.) Luego dirigite con el navegador al sitio de alguna fuente de noticias cuya oficina comercial haya sido asimilada por ese Agente Smith llamado “adtech”: Por ejemplo, el sitio de The Los Angeles Times. Una vez ahí, revisá tu herramienta de protección contra el rastreo para ver una lista de todas las entidades tratando de espiarte.
Acá hay solo algunos de los 57 sospechosos que Privacy Badger encontró en la página principal del LA Times:
- yieldmo.com
- trbas.com
- trbimg.com
- trbdss.com
- steelhousemedia.com
- teads.tv
- trb.com
- truste.com
- revjet.com
- rflhub.com
- rubiconproject.com
- steelhousemedia.com
- moatads.com
- ntv.io
- openx.net
- postrelease.com
- keewee.co
- krxd.net
- mathtag.net
- ml314.net
- indexwww.com
- ixiaa.com
- ensighten.com
- everesttech.net
- tronc.com
- sitescout.com
- jquery.com
- bootstrapcdn.com
- bouncexchange.com
- chartbeat.com
- cloudfront.net
- agkn.com
- adsrvr.org
- gomnit.com
- responsiveads.com
- postrelease.com
Muchos de estos aparecen más de una vez, con diferentes prefijos. También dejé afuera del recorte a las distintas variantes de google, doubleclick, facebook, twitter y otros nombres familiares.
Interesante: si la reviso una segunda, tercera o cuarta vez, la lista cambia, supongo que debido a que los servidores de publicidad tercerizados están ocupados tratando de meter de nuevo más rastreadores en mi navegador mientras la página siga abierta.
Busqué a uno de esos rastreadores, “moatads”, escogido al azar, y la mayoría de los 1.820.000 de resultados que encontré eran sobre cómo moatads era algo malo. En orden, esta es la primera página de resultados:
- Quitar el virus Moatads (Guía para eliminarlo) - Oct 2017 - 2 Spyware
- Eliminar Moatads Malware (¿Qué es moatads?) Marzo 2018 …
- Qué es z.moatads.com? - Webroot Community
- moatads.com
- Cómo eliminar completamente Moatads.com - It-Help.info
- Desinstalar virus Moatads (Guía de desinstalación) - Oct 2017
- Moatads Malware Removal | Mobile Security Zone
- Moatads Removal Guide | Spyware Techie
- Moatads sigue apareciendo en mi computadora y ya es un problema serio… cómo me deshago de él?
El cuarto ítem en la lista señala que la compañía detrás de moatads, moat.com, “mide índices de atención en tiempo real más de 33 mil millones de veces por día”. Esa es nada más que una de las empresas que colaboran en la construcción de la Matrix.
Claramente no hay un Arquitecto ni una Oráculo sosteniendo a esta Matrix, sino el diseño no sería tan malo. Y aunque eso sea una ventaja para nosotros, todavía estamos atrapados en un mundo online donde espiar es la norma, nunca la excepción, y donde la autonomía personal suele estar confinada a los castillos de grandes proveedores de servicios, las “redes sociales” y los productores de equipamiento altamente propietario. [Entendiendo como propietario a todo software que no es libre ni abierto.]
Allá por el año 2013, Shoshana Zuboff dijo que éramos “la fricción” contra “los nuevos Señores del Anillo”. En ensayos posteriores definió de dos maneras al sistema de publicidad basado en espiar: capitalismo de vigilancia y El Gran Otro [nota del traductor: se perdió la rima big brother & big other]. Si las cosas se dan según lo planeado, su próximo libro, The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power, saldrá dentro de poco.
La gente ya se está organizando para resistir, aunque todavía no lo sepan. El reporte de 2017 de PageFair sobre Adblock asegura que al menos el 11% de la población mundial está bloqueando las publicidades en al menos 615 millones de dispositivos. GlobalWebIndex dice que, en enero de 2016, el 37% de todos los usuarios de teléfonos móviles bloqueaban anuncios y un 42% que no lo hacía aún, pensaba en hacerlo. Statista dice que el número de usuarios de teléfonos celulares en el mundo alcanzó los 4770 millones en algún momento de 2017. Si combinamos estas dos cifras, llegamos a la conclusión de que más de 1700 millones de usuarios ya están bloqueando publicidades, un número que excede el total de la población del hemisferio occidental. Por todo esto fue que definí el adblocking como “el boycott más grande del mundo” allá por 2015. Hoy en día tiendo a pensarlo más como una revuelta de esclavos.
Pero necesitamos ser más que esclavos liberados. Necesitamos, como sugiere Shoshana, ser los amos de nuestras propias vidas y de todas las relaciones que mantenemos online.
En la película Matrix, Morfeo le pregunta a un Neo todavía cautivo si creía en el destino. “No”, dice Neo, “porque no me gusta la idea de que no tengo el control de mi vida”.
Nunca podremos tener control sobre nuestras vidas mientras esas vidas sean vividas dentro de castillos corporativos y nos falten las herramientas para dominar nuestros virtuales cuerpos y mentes online.
No importa si Facebook, Google y el resto no tienen malas intenciones, o si en realidad no pretenden “Unir al mundo”, u “Organizar la información del mundo y volverla universalmente útil y accesible”, o “desarrollar servicios que mejoren significativamente las vidas de la mayor cantidad posible de gente”. Necesitamos ser agentes libres e independientes de nosotros mismos.
Eso no puede suceder dentro de los sistemas cliente-servidor que están online desde 1995 y un poco antes también, sistemas que bien podrían ser llamados de esclavo-amo. No puede suceder mientras tengamos que clickear sobre el “Acepto” en los términos y condiciones de sistemas esclavo-amo que rigen por defecto al mundo online. No puede suceder mientras todo lo útil en el mundo online requiera un login y un password. Todas esas imposiciones son paredes en lo que Morfeo llama una “prisión para tu mente”.
Tenemos que pensar y trabajar fuera de las paredes de esas prisiones (los ex castillos). Y no alcanza con liberarnos a nosotras mismas. Para usar otra metáfora de una película, es hora de que los magos liberen a los muggles.
Al final de la trilogía de Matrix, Neo impide que el programa viral del Agente Smith destruya ambos mundos, el de las máquinas y el humano. Pero no se nos explica qué va a hacer la gente que estaba conectada a la Matrix una vez que fueran libres; ni siquiera se nos dice si la libertad de esa gente estaba en los planes. De hecho, todo lo que Neo hace es salvar a Zion y dejar al resto de la humanidad viviendo en la vieja Matrix: una existencia ilusoria mantenida por máquinas donde el único propósito real era servir como fuente de energía para ese mismo aparato.
Afortunadamente, internet no es Hogwarts. Aunque sea un producto de la magia, todos, incluso los magos, viven y piensan dentro de sus muros. Pero la tecnología digital y la internet fueron diseñadas para la libertad, y no para más esclavitud bajo el modelo industrial.
Personalmente considero que toda usuaria es una Neo en potencia. Desarrollar esta potencia implica una revolución enorme, la mas grande desde la revolución industrial (que fue cuando comenzamos a subordinar el [contra]poder personal a los requerimentos de las grandes empresas).
Seguir masticando la píldora azul es decisión de cada una. Hagamos que la civilización online sea algo mejor que el sistema digital feudal que tenemos ahora.